Cuantificar el impacto medioambiental de un envase a lo largo de su vida útil es crucial para la toma de decisiones, especialmente antes de sustituir el plástico por materiales alternativos.
En la actualidad, la sostenibilidad se ha convertido en un tema central para muchas empresas y consumidores preocupados por el futuro del planeta.
El sector de la alimentación está cada vez más presionado por instituciones y por los propios consumidores ha optar por soluciones de envasado que sean verdaderamente sostenibles.
Para ello, evaluar cómo un envase afecta al medioambiente implica analizar diferentes factores, desde la extracción de materias primas hasta la disposición final del producto.
En este artículo exploraremos las metodologías más eficaces para medir el impacto medioambiental de los productos en general y de los envases en particular.
¿Qué es el ACV?
El Análisis del Ciclo de Vida (ACV), también conocido como Life Cycle Assessment (LCA) en inglés, es una herramienta metodológica que permite evaluar el impacto ambiental de un producto o servicio a lo largo de todas las etapas de su ciclo de vida, desde la extracción de materias primas hasta la disposición final.
El ACV representanta una metodología estandarizada, recogidas en las normas ISO 14040 y 14044, que de forma cuantitativa nos permite identificar los puntos de mejora a nivel de sostenibilidad de un producto desde su producción al consumo.
¿Cuáles son las etapas del Ciclo de Vida de un producto?
Si queremos evaluar y mejorar la sostenibilidad de un envase alimentario, realizar un ACV nos permitirá analizar y cuantificar los impactos ambientales asociados con la producción, distribución, uso y eliminación de los envases.
Las etapas comunes en el ACV incluyen:
- Extracción de materias primas:
Evaluación de los impactos asociados con la obtención de los materiales utilizados en la fabricación del producto, como el petróleo crudo para los plásticos.
- Producción:
Análisis de los procesos de fabricación del producto, considerando el consumo de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y otros impactos ambientales.
- Envasado:
Analizar y definir los impactos ambientales de los envases y embalajes utilizados, así como de su propio proceso.
- Distribución:
Evaluación de los impactos asociados con el transporte de los envases desde la instalación de fabricación hasta el punto de venta, considerando la logística y las emisiones asociadas.
- Uso :
Evaluación de los impactos durante la vida útil del envase, incluyendo la energía y los recursos utilizados durante el almacenamiento, transporte y manejo.
- Fin de vida:
Análisis de los impactos ambientales asociados con la gestión del fin de vida del producto y de sus envases, ya sea a través del reciclaje, la incineración o la disposición en vertederos.
El Análisis del Ciclo de Vida cuantifica todas las emisiones relevantes y los recursos consumidos, así como los impactos medioambientales y sobre la salud, y los problemas de agotamiento de recursos relacionados con cada etapa del ciclo de vida del producto, permitiendo la identificación de los principales puntos conflictivos en el sistema de producción y consumo.
¿Qué impactos medioambientales considera el ACV?
En un ACV se tienen en consideración varios indicadores para evaluar su impacto ambiental a lo largo de todas las etapas de su ciclo de vida.
Estos indicadores se agrupan en categorías clave que abarcan desde la extracción de materias primas hasta la disposición final del envase.
Algunos de los indicadores comunes incluyen:
Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI):
Medición de las emisiones de gases como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxidos de nitrógeno (NOx) a lo largo del ciclo de vida del producto.
Consumo de Energía:
Cuantificación de la cantidad de energía utilizada en todas las etapas del ciclo de vida, incluyendo la extracción de materias primas, la fabricación, el transporte y la disposición final.
Consumo de Agua:
Evaluación del uso de agua directo e indirecto en la producción del producto, considerando el agua utilizada en procesos y la incorporada en los materiales.
Agotamiento de Recursos No Renovables:
Evaluación de la cantidad de recursos no renovables, como minerales y metales, utilizados en la fabricación del producto.
Generación de Residuos:
Cuantificación de los residuos generados durante la producción, uso y disposición del producto. Se incluyen tanto los residuos sólidos como los líquidos.
Impacto en la Calidad del Aire y Agua:
Evaluación de los posibles impactos en la calidad del aire y agua, considerando emisiones atmosféricas y descargas líquidas durante las distintas etapas del ciclo de vida.
Toxicidad Ambiental:
Evaluación de la toxicidad de los materiales utilizados en el producto y la posible liberación de sustancias tóxicas al medioambiente.
Uso de Suelo:
Evaluación de la cantidad de suelo utilizado en la producción de materias primas y su posible impacto en ecosistemas locales.
Cambios en la Biodiversidad:
Análisis de cómo las actividades asociadas al ciclo de vida del envase pueden afectar la biodiversidad y los ecosistemas.
Eutrofización:
Evaluación de la liberación de nutrientes que pueden provocar el crecimiento excesivo de algas en cuerpos de agua, afectando negativamente los ecosistemas acuáticos.
Ozono Estratosférico:
Evaluación de las emisiones que podrían afectar la capa de ozono estratosférico.
Acidificación:
Evaluación de las emisiones que contribuyen a la acidificación del aire y el agua.
Es importante señalar que estos indicadores varían según el contexto específico del producto, el tipo de material utilizado y las prácticas de producción.
Un ACV completo considera todos estos indicadores para proporcionar una evaluación integral del impacto ambiental del envase y ayudar a identificar áreas de mejora en términos de sostenibilidad.
Midiendo el impacto medioambiental de un envase
A través del estudio Análisis comparativo del impacto medioambiental de los envases plásticos alimentarios y sus alternativas de uso comprobamos a algunos datos relevantes sobre los principales materiales utilizados en el envasado de alimentos.
- El rPET se reafirma como el material de fabricación de envases alimentarios más sostenible.
- Cualquier envase PET que tenga al menos un 25 % de material reciclado sigue siendo la opción más sostenible.
- El cartón con lámina PE es la segunda opción más sostenible, pero tiene un impacto casi 9 veces superior a su homólogo en rPET.
Puedes acceder al estudio completo y descargarlo a través de este enlace.